Una sensación
Entré y me probé una camisa
Me quedo mal, que risa
Un poco chica
Y rosado, no es mi color
Que horror
No me acostumbré,
y me la saqué.
Después me probé un pantalón.
De cintura bien, pero . . .
Quedó corto casi un metro.
Que guailón.
¿Lo uso así? pensé.
Mejor no.
Igual lo dejé.
En seguida probé un sombrero.
Negro y parecía de copa.
—Prefiero una chalupa— les dije.
—Le queda bien señor.
Insistieron.
—Además es el único.
Me convencieron.
Finalmente me fui.
Qué bueno que es de noche, pensé
Salí a la calle
Sin camisa, sin pantalón,
y de ropa,
solo un sombrero de copa.
Escuché una exclamación.
Y me di cuenta
Que vestido así
Es fácil llamar la atención.
Asombra a cualquiera
con razón.
Y no hay problema
de andar por la calle.
Todos paran, miran, y vuelan.
Por no decir, abren cancha,
y uno pasa tranquilo.
¡Flor!
—Très bien—. Dije en francés.
Es mejor hablar así
cuando uno causa sensación.
mt