Bipolar.
— ¿Que personalidad tienes?— me preguntaron.
—La de un pato—, contesté.
—Tranquilo por arriba, pataleando furioso por abajo.
Bipolar.
— ¿Que personalidad tienes?— me preguntaron.
—La de un pato—, contesté.
—Tranquilo por arriba, pataleando furioso por abajo.